jueves, 2 de febrero de 2017

La prevalencia del TEA, a debate.

Los TEA son un grupo de alteraciones del neurodesarrollo que se caracterizan por la presencia de dificultades tempranas en la comunicación social, intereses restringidos y comportamientos repetitivos. Se estima que 1 de cada 68 niños lo padece en Estados Unidos (Baio, 2014), con una prevalencia mundial estimada del 1-2% (Kim et al., 2011; Hsu, Chiang, Lin & Lin, 2012; Idring et al., 2012; Blumberg et al., 2013; Russell, Rodgers, Ukoumunne & Ford, 2014; Saemundsen, Magnússon, Georgsdóttir, Egilsson & Rafnsson, 2013).

En Méjico, la prevalencia es de 1 cada 115 niños escolarizados (Fombonne et al. 2016),  mientras que en una encuesta a padres indica que 1: 45 chicos de 3 a 17 años presentan TEA en Estados Unidos, si bien son discutidas las preguntas realizadas por la encuesta. Aunque parezca contradictorio e indique un aumento abrupto de la prevalencia, los datos del estudio del Christensen (2016) indican que la tasa de 1 en 68 niños se mantuvo, que también ha habido un aumento en la clasificación de desórdenes del TEA y un decrecimiento en la cantidad de clasificados como discapacitados intelectuales (Polyak, Kubina & Girirajan, 2015). En un estudio hecho en Dinamarca (Hansen, Schendel & Parner, 2015), hasta el 60% de la prevalencia puede ser producto de la categorización y clasificación del TEA y no de la prevalencia estadística específicamente.

En España, se estimaba una prevalencia que oscila entre 1 de cada 160 - 150 nacidos, dependiendo de la zona geográfica, si embargo, el ministerio de Sanidad, anunció el 6 de noviembre de 2015 que la prevalencia era de 1 por cada 100 nacidos.

Diagnosticar un TEA es tarea de un especialista o grupo de especialistas. Los test se están haciendo muy populares y son manejados a la ligera, incluso por las instituciones, sin tener en cuenta que para interpretarlos hace falta formación cualificada.

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